LoS HomBres de PaCo
¿Sabe lo que no es normal? ¿Usted quiere que yo le diga lo que no es normal? … No es normal pensar que hacer el amor es pecado. No es normal. No es normal pensar que Dios no quiere a las lesbianas y a los homosexuales. No es normal. No es normal que la Iglesia oculte abusos de niños, ni que los sacerdotes no se puedan casar. No es normal la riqueza del Vaticano, ni los anillos, ni el oro, ni el dinero tirado en campañas de publicidad, ni todo ese absurdo mientras millones de personas se contagian de SIDA en África por no usar preservativo. Señores, Dios… Dios nos hizo con dos brazos y con dos piernas… y también nos hizo con la capacidad de amar, de querernos, de tocarnos, de sentir con la yema de los dedos un pulso desenfrenado por la excitación. Y eso, señores, eso no puede ser pecado. Señores, amar, amar no es fácil… y ustedes… ustedes se empeñan en hacerlo más difícil y enrevesado, como si no nos bastáramos nosotros mismos, como si no se bastara la propia humanidad para complicarlo todo. Señores, porque amar, amar es entender también el rechazo, entender que te van a hacer daño, que vas a sufrir, que vas a llorar, y es entender que las cosas son muy distintas al sacramento del matrimonio. ¿Osea, hoy te casas y vives feliz para toda la vida? Falso. Señores, falso, por muchos siglos que puedan ustedes seguir proclamándolo. ¿Saben qué creo? Creo que ustedes no saben lo que es el amor. Porque si algo he aprendido estos años es que si apretar un cuerpo hasta convertirse en uno…si eso es pecado, señores…soy un pecador. Porque el único Dios en el que creo es el amor.
La Real Academia define la palabra "imposible" como "algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser... o suceder", y define "improbable" como "algo inverosímil que no se funda en una razón prudente".
Puestos a escoger, a mi me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo.
La improbabilidad duele menos, y deja un resquicio a la esperanza, a la épica.
Que David ganara a Goliat era improbable... pero sucedió.
Un afroamericano habitando la Casa Blanca era improbable... pero sucedió.
Que los Baron Rojo volvieran a tocar juntos era improbable... pero también sucedió.
Nadal desbancando del número 1 a Federer...
Una periodista convertida en princesa...
El 12-1 contra Malta...
El amor... las relaciones... los sentimientos...no se fundan en una razón prudente... Por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables.
Porque lo improbable es, por definición, probable, lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar...
Y mientras haya 1 posibilidad, media posibilidad entre 1000 millones de que pase... vale la pena intentarlo.
Yo no escogi enamorarme de ti... pero la primera vez que te bese, nuestros dientes se rozaron por una milésima de segundo... y la hora exacta de ese beso eran las 12.10..é y quite la pila del reloj para que se quedase la hora detenida para siempre, parada...El minuto exacto en el que me besaste está metido en un reloj, para siempre, y ya nunca sé qué hora es pero me da igual...y desde entonces miro constantemente el reloj.
Decía John Lennon que la vida es lo que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes... Y tenía razón...Planeas tu matrimonio, la casa donde vivirás, el colegio al que irán tus hijos, planeas hasta el color que tendrá el puto sofá... Pero los planes son sólo un dibujo en una servilleta de papel y por mucho que te empeñes, al final tu planes le importan una mierda al resto del mundo... y puedes ponerle cabeza, corazón o un taco de servilletas emborronadas con sueños, que la vida tiene otros planes para ti.
-Sara, en cuanto a lo que paso la otra noche… ¿sabes?...
-¿La otra noche?
-Sí
-Aitor, me metieron la cara en un saco de cocaína, lo siguiente que recuerdo es despertarme en un hospital…
-Que no te acuerdas de nada, ¿no?
-Nada, en blanco, reseteado, nada… bueno, que me tengo que ir…
-¿Sabes lo que creo yo? Que si que te acuerdas…
-Que no
- Te acuerdas de todo, del beso, de lo que sentías, de todo…
-¡Aitor, que no me acuerdo de nada!
-Pero prefieres olvidarlo como si nunca hubiera pasado, ¿no? ¿Sabes por qué?
-¿Por qué?
-Porque te da miedo… y te da miedo porque ya no estás tan segura…Porque tu mundo perfecto de mujer casada, con príncipe azul salvando el mundo a 10.000 km de San Antonio, ya no es tan perfecto… Mira Sara, puede que yo no sea muy listo, pero te conozco y sé que algo se ha movido ahí dentro… Y con esto para nada te quiero decir que estés dejando de querer a Lucas, no… pero puede que empieces a quererme a mí también…
(…)
Oye, una cosa… La próxima vez que te vea te voy a besar… sin drogas, sin un francotirador apuntándonos, sin excusas… te voy a besar, Sara… Y si quieres pegarme un tiro me lo pegas pero no podrás decir que no te acuerdas…
Estás preciosa…
-¿Quieres que te diga lo que voy a hacer cuando vuelva Lucas? No me voy a ir, no… ni me voy a meter debajo de un somier… Voy a ir a por ti a piñón fijo, Sara.
-No puedes hacer eso…
-¿Por qué no? ¿Por qué no puedo? Si ya lo estoy haciendo… Y lo estoy haciendo porque creo que tú también me quieres… Y si me tengo que pelear con Lucas como un puto perro para quitarle lo que es suyo lo voy a hacer, te lo juro.
-¿Pero qué estás diciendo?
-Pase lo que pase tu vida ha cambiado, Sara… Tú ya no estás en el sitio en el que estabas, ni aunque vuelva Lucas ni aunque te perdone, estás en otro sitio, Sara…
-Eso no es así…
-Eso sí es así.
-No, no es así… Yo quiero a Lucas ¿vale? Me da igual que todo haya cambiado, y no le voy a dejar porque quiero estar con él. ¡Quiero estar con él! ¡No le voy a dejar!
- Sara, ey, ven aquí, olvídalo, no he dicho nada… Ya está, olvida lo que te he dicho… Tenemos 10 días, 10 días para vivir nuestra historia… ¿Sabes una cosa? Hay mariposas que sólo viven un día, tienen 24 horas para hacerlo todo… Nacer… crecer… buscarse una mariposa molona… (…)
-Pues entonces nosotros igual, vamos a aprovechar el tiempo que nos queda…
-Aitor, antes de irme a Madagascar me dijiste una cosa…
-Bueno, da igual lo que dije, ¿vale Sara?
-No, no da igual… Dijiste que era una lástima que yo no estuviera tan segura como tú, de, nose, de todo lo que me querías…
-¿Y qué?
- Que cómo podías estar tan seguro, cómo lo sabías…
-Porque soñaba contigo…
-¿Sólo por eso?
-Sólo… Mira, cada noche me dormía y soñaba contigo y todas las mañanas me acordaba de los sueños… Yo no sé cómo la gente sabe que está enamorada, pero yo lo sé porque cada día sueño con la misma persona ¿sabes?
-Yo también soñaba contigo…
-Pero si tú no sabes ni con quien sueñas, Sara… Y eso es lo que es una pena ¿sabes?... Porque el euromillón a tu lado es calderilla…porque cuando te sentía ahí atrás en el asiento de mi moto hubiera reventado todos los índices de la felicidad…
-¿Y sigues soñando conmigo?
-Pues no lo sé… ya no me acuerdo de lo que sueño…
-¿Sabes? Yo también sé por qué te quiero… Porque haces las cosas fáciles… Porque si tuviera que elegir un sitio para vivir sería tu cuarto…Porque debajo de tu cama el mundo es tan pequeño que parece que no puede pasar nada más…y aquí lo que hace falta es que pase nada más si estoy contigo…Te quiero…
-Sentada en un parque con otros niños me hice una herida yo misma en el brazo con la inicial del chico que me gustaba…
-¿Eso lo has puesto en el currículum?
-No, no , que va, me acabo de acordar… Me levantaba la postilla todos los días para que me dejara cicatriz y así no olvidarlo nunca… Juraba que era el amor de mi vida…
-Bueno, como todos los críos, ¿no?
-No, como todo el mundo… Que el primer amor y el último se sienten igual, eso es lo que se tarda en entender…
-Ya, ¿y cuando te diste cuenta tú?
-Pues cuando dejé de rascarme… Llega un día en el que te das cuenta de que en esa pareja sólo quedas tú…y que lo único que te ata a él es esa herida… y que haciéndola sangrar no mantienes vivo su recuerdo… sino el dolor de la pérdida…
El miedo es como la familia, que todo el mundo tiene una… Pero, aunque se parezcan, los miedos son tan personales y tan diferentes como pueden serlo todas las familias del mundo… Hay miedos tan simples como desnudarse ante un extraño… Miedos con los que uno aprende a ir conviviendo… Hay miedos hechos de inseguridades… Miedo a quedarnos atrás… Miedo a no ser lo que soñamos… A no dar la talla… Miedo a que nadie entienda lo que queremos ser… Hay miedos que nos va dejando la conciencia… El miedo a ser culpables de lo que le pase a los demás… Y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido… Como el miedo a la muerte, a que alguien a quien queremos desaparezca… Y hoy he escuchado a un tal Punset en la tele, un señor encantador que decía que la felicidad es la ausencia del miedo… Y entonces, me he dado cuenta de que, últimamente, yo ya no tengo miedo…
Por muchas noches en blanco que una dedique a pensar en su biografía sentimental, la verdad es que encontrará pocas soluciones… Podrá parchear tal o cual relación, pero al final volverá a pasar lo de siempre, que en un momento dado saltará en pedazos… Como tantas otras veces… Porque uno es como es, y no es fácil dejar de serlo para querer a alguien… es casi… un combate perdido de antemano... Así que lo mejor que nos podría pasar es que las relaciones sentimentales vinieran con fecha de caducidad, como los yogures, así sabríamos de antemano cuál es la fecha del final, y no perderíamos el tiempo en inseguridades, sospechas ni discusiones. Nos dedicaríamos a disfrutar cada momento hasta la última décima de segundo… Aunque, si lo piensas, lo bueno de no tener fecha de caducidad, es que nos permite seguir soñando con que, esta vez sí, ese yogur pueda conservarse para siempre…
-Aitor, voy a estar contigo ¿sabes? Porque no sé cuándo me enamoré de ti, ni cuánto, porque no hay metros cúbicos ni litros para medir todo eso… Pero sí sé por qué… Porque cuando andas con catarro hueles a VixVaporú, y porque tienes un hueco aquí, entre el hombro y el pecho, y cuando pongo la cabeza me siento en casa… Y porque todas las fotos que tengo tuyas sales siempre sonriendo, en todas… ¿Y tú, Aitor? ¿Por qué te enamoraste de mí?
*Yo no escogí enamorarme de ti, pero la primera vez que te besé, nuestros dientes se rozaron por una milésima de segundo, y fue increíble… Y la hora exacta de ese beso eran las 12.10, y quité la pila del reloj para que se quedase la hora detenida para siempre, parada… El minuto exacto en el que me besaste está metido en un reloj, para siempre, y ya nunca sé qué hora es, pero me da igual… Y desde entonces miro constantemente el reloj…
¿Sabes lo que me gustaría? Estar contigo tumbado sobre la hierba mirando la luna esa naranja que hay algunas noches de verano, y que empezara a nevar, y sentir los copos en la cara, y tu mano…
-Una vez le preguntaron a Lewis Hayn, un fotógrafo de guerra, por qué había elegido esa profesión. Él contestó que si pudiese contar con palabras todo lo que veía no necesitaría cargar todo el día con una cámara de fotos, que ciertos momentos de belleza, de desolación, de horror y de heroísmo estaban mas allá de las palabras… Yo también lo creo, hay cosas que no podemos explicar con simples palabras… Cosas como seguir vivos… Sentimientos como el amor y el compromiso… O sensaciones como volver a abrazar a un amigo… Quizás por eso nuestra vida se compone de imágenes, momentos congelados en el tiempo para siempre, de decisiones que cambian sin remedio el rumbo de las cosas, de fotografías fijas guardadas en la memoria que nos recuerdan cada segundo lo hermoso que es vivir…
-Aún no me has dicho qué significa para ti el que Carlota sólo sea la hermana de Lucas… Supongo que tienes miles de recuerdos muy bonitos con él, y es imposible que lo olvides, pero yo no me rindo por eso, Sara, y voy a igualar el marcador… Me voy a quedar a tu lado, fabricando todos los recuerdos del mundo, para que un día te vayas a la cama y te des cuenta de que estoy en casi todos los instantes que te hacen sonreír…
“¿Hay alguna ley que prohíba invitar a una novia a un gofre?”
“Me muero por que me ayudes a pintar las paredes, porque sin ti esto sólo sería un parking…”
Hoy tenemos pocas páginas de recuerdos, pero dentro de nada tendremos archivadores, enciclopedias enteras, trailers de cuatro ejes…
“Levanta la cabeza, mira que si yo estuviera ahí tumbado lo primero que querría hacer al levantar sería ver a la chica que quiero…”
“Digo que cabe la posibilidad, bueno, la remota posibilidad, que me esté enamorando de ti, Sara…”
(…)
*¿Tú qué haces aquí?
-Qué casualidad, ¿no? 600 personas, 2000 vatios y volvemos a coincidir…y ya, no sé, pues si eso del tirón pues vivimos otro momento irrepetible… Digo yo…
*¿Sabes? Que me encanta que estés aquí, y que vengas con tu cuaderno y con tus ganas de estar conmigo, y con tu entusiasmo, y con esa sonrisa, como si todo fuera posible… Y de pronto me he dado cuenta de que eso es lo que quiero, que todo sea posible todos los días de mi vida…Y voy a por ello… Te elijo, te elijo a ti… Y vamos a llenar ese cuaderno y 50 como ese… Te quiero…
No hay comentarios:
Publicar un comentario