Dicen que en el verbo echar, lo primero que se echa es la H, y no. En el verbo echar, lo primero que se echa es de menos.
Se echa de menos a los que no están,
a los que se fueron,
quizá también a los que nunca estuvieron.
Incluso se llega a echar de menos por anticipado, por los que no estarán.
A los ausentes,
a los que viven lejos
y a los que están tan cerca que ni les sientes.
Se echa de menos a los que no se hacen ver,
a los que no aparecen pero están.
Te echas de menos a ti misma,
y a los que ya no te rodean.
Necesitar y no encontrar.
Eso es echar de menos.