14 dic 2011

Las cosas que no se dejan atrás...

Ya ni siquiera me sale escribir... vaya asco ! ¿En qué momento he pasado de tener palabras para contar todo lo que sentía, a no tener palabras para contar que no siento nada? Bueno, quizás nada no... sino simplemente que no sé lo que siento... Porque se supone que estoy donde quería estar, porque yo misma he elegido empezar de 0 a miles de kilómetros de lo que hasta entonces fue mi vida, porque yo fui la que tantas veces repetía que necesitaba salir de allí, que me estaba ahogando en una rutina que ya no me daba para más, que aquello se me quedaba pequeño por momentos ... que quería volar ... volar ... pero no se puede volar con mucho peso a cuestas, así que no me quedó más remedio que dejar atrás todo aquello que no era imprescindible... Y al final, solo me traje unas cuantas fotos de recuerdos vividos, una maleta llena de ilusiones, y un mapa para buscar todas las puertas abiertas que pudiera encontrar... ¿Pero y lo que dejé atrás? Hay cosas que en absoluto me costó desprenderme de ellas... lo que un día fueron amistades, ya gastadas de tanto usarlas, rencores absurdos y conversaciones pendientes con el único fin de echar en cara cosas que ya son parte del pasado, historias de amores pasajeros que no llevan a nada, solo a callejones sin salida, donde entras buscando una maldita salida al vacío que sientes, y te tienes que dar la vuelta y tragarte otra desilusión que sabe demasiado amarga ... Sí, es cierto que gracias a esto he dejado atrás cosas que al final estaba resultando un lastre en mi conciencia... Pero luego está el lado de las cosas buenas, esas que hasta el último momento no pude ni siquiera hacerme a la idea de que las tenía que dejar ... tardes enteras haciendo nada, entre humo y conversaciones que arreglan el mundo, o al menos arreglaban el nuestro, noches de fiesta que acababan de madrugada con 1001 locuras, una borrachera e incontables risas, abrazos en el momento justo, sonrisas que podian alegrarte el día incluso sin saberlo, una historia de adicciones y volvernos locos, sin desintoxicación posible, pero llena de miles de momentos irrepetibles... ¿Y ahora? ¿Qué pasa con todo eso? ¿Volverá algún día? ¿O se puede dar por perdido? Quien sabe... El resultado es que, a miles de kilómetros, lo único que me queda es una colección de fotos que recopilan cientos de buenos momentos, canciones que traen recuerdos que a veces te hacen sonreír, y otras casi llorar, cuando echas de menos, y llamadas eternas en un intento por sentir todo aquello un poco más cerca...
Y puede parecer que estas palabras son tristes... pero no es esa su intención... estas palabras solo pretenden ser mi desahogo, y hacer saber a algunas personas, por si aún no se han enterado, que me importan muchísimo... Y que, a pesar de la distancia, ya sea en kilómetros, o en enfados, las llevo siempre conmigo, a donde vaya... Simplemente, porque hay cosas de las que no te puedes desprender nunca, a pesar de que supongan un peso extra en tu maleta... 
A esas personas... gracias por seguir ahí =)

**Mio =)

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