20 may 2012

 Un patético discurso ...

Y aquí me ves de nuevo, ensayando delante de una pantalla el patético discurso que algún día me atreveré a soltarte cara a cara. Buscando las palabras justas que te quiero decir. Y es que no tengo ni idea de cómo empezar esto. Y mucho menos sé cómo terminará. Intento poner órden en mi revoltijo de pensamientos, pero las palabras se atropellan en mis labios, pisándose unas a otras en un caótico intento por ser las primeras en expresarse, todas parecen importantes, y yo intento encontrar un orden lógico. Intento darle algún sentido a todo esto. Hay tantas cosas que quiero decirte... Para empezar, quizás deberías saber que por fin encontré la razón por la que, después de ti, no funcionó con nadie más. Recuerdo todas las veces que hemos hablado sobre ello, nuestros intentos de explicar por qué, si por fin habíamos encontrado a las personas perfectas para nosotros, ella para ti, y él para mi, por qué a pesar de eso, no funcionó. No es que no los quisimos, ¿sabes? Ahora lo sé. Sé que a él lo quise con locura, me doy cuenta de lo maravilloso que es, dulce, sexy, me cuida, y no se merece que nadie le haga daño, como lo hago yo, porque me quiere... sobre todo me quiere. Y yo tambien lo quise a él, lo juro. Pero es que a ti te quiero más. Es así de fácil. Es que él me hace la persona más feliz del mundo cuando estoy a su lado, cuando me lleva de la mano a pasear por la vida, los momentos que vivo con él son simplemente increíbles. Pero es que luego vuelvo a mi cama, sola, por la noche. Y a quien necesito entonces es a ti. Cuando él me besa me eleva, me transporta con esos labios tan dulces. Pero es que los besos que sacudían mi mundo con terromotos épicos de grado 10 en la escala de Richter eran los tuyos, los labios que me estremecían, que me estremecen aún, al recordarlos, son los tuyos. Sus manos me acarician y yo cierro los ojos y me abandono a su ternura. Pero sus caricias no son las tuyas. Tus manos eran las que me subían la adrenalina a lo más alto en segundos, con solo un roce, como si me montara en una montaña rusa, pero de esas grandes, enormes, con mil y un loopings, que incluso antes de subir sabes que será algo increíble. Bueno, y de sus ojos azules, su sonrisa, su voz... ¿qué te voy a contar? Perfecto es la palabra que lo define. Y es que es simplemente una putada que la persona más increíble del mundo me diga que me quiere, y yo no pueda responderle que yo a él también. Porque las mentiras a medias nunca me gustaron. Y aquí, la media verdad es que si él es todo mi presente, tú eres mi futuro. Lo sé, siempre lo supe. Y cuando me alejé de ti, cuando decidimos que lo nuestro no funcionaría, cuando nos despedimos y prometimos que cuando nos volvieramos a ver seríamos solo amigos, también lo sabía. Nunca he dejado de sentir que está escrito en algún sitio, quizás en alguna parte de las estrellas, no sé, que tú y yo tenemos que estar juntos. Quizás no ahora, ni mañana. Pero lo siento, ¿vale? No puedo evitar sentir que tú eres más mio que de nadie. 
Lo siento, lo siento, lo siento. Siento haberle hecho daño a él, siento salir con esto ahora, siento volver a abrir ahora viejas heridas... Pero es que si no te lo digo, reviento. Me estoy volviendo loca de tanto pensar en ti. Necesito que sepas que pienso constantemente en ti. Que no he sido capaz de olvidar tus besos, tus manos, tus ojos, tu sonrisa, tu olor, tu piel... No he olvidado ni uno solo de tus rincones, me sé de memoria el mapa de tus lunares, y los sitios que te vuelven loco si te rozo. Que echo de menos el mirarte y notar cómo las ganas, el deseo, la temperatura, aumentan entre nosotros. Y entonces dejar mis labios a dos milímetros de los tuyos. Y antes de besarte verte sonreír. Que no he vuelto a mirar a nadie como te miraba a ti, ni a sonreír en medio de un beso. Quiero que sepas que todavía sonrío cuando recuerdo cada tarde que pasamos juntos, cada rato entre las sábanas, cada locura que hicimos, y todas las que prometimos hacer y que se quedaron pendientes, cada conversación de madrugada, cada vez que nos entendimos solo con mirarnos, cada vez que supe que estabas mal, cada vez que tú supiste cómo me sentía, sin decirnos nada, porque no nos hacían falta palabras, sabíamos entendernos sin ellas. Quiero decirte que desde que te conocí, creo en las almas gemelas, y que apostaría a que tú eres la mía. Quiero que sepas que, si cierro los ojos, puedo imaginarme toda una vida a tu lado, con miles de imágenes pasando por mi mente, como una película, de la vida que podríamos vivir. O quizás no, ¿sabes? Quién sabe. No sé si eres el amor de mi vida, no sé si dentro de 20 años estaríamos juntos si algo empezara hoy, no sé nada sobre el futuro, y tampoco me interesa. ¿Quieres que te diga lo que sé? Sé que si no te digo todo esto, no podré seguir adelante, porque será siempre una piedra en mi pasado, y pesa demasiado como para arrastrarla toda la vida. Sé que quizás contarte todo esto sea una puta locura, ¿sabes? Lo sé perfectamente. Porque me arriesgo a que te alejes aún más de mi, porque no tengo ni puta idea de si tú me echas de menos, si has pensando en mi al menos una décima parte de las tantas que yo pensé en ti. No lo sé. Pero yo tenía que decírtelo. Porque me da igual lo que venga ahora. Porque sea lo que sea, lo necesito. Si no sientes nada, absolutamente nada, si ni una sola vez te has planteado qué pasaría si apostaramos por esto, por ti y por mi y por algo tan indefinible pero tan genial que hay, o que había, entre nosotros, si para ti aquel adiós fue la despedida definitiva de una historia y ahora solo somos amigos, entonces necesito oírlo. Necesito que me lo digas de tu boca, sin peros y sin mareos. Un simple "no te quiero". Para dejar de imaginar que hay una maldita posibilidad de que vuelva a tenerte entre mis brazos y dejar de sentirme una idiota. Para poder sacarte de mi cabeza y ser capaz de decirle "te quiero" a una persona increíble que sí que me quiere. ¿Y nosotros? No te preocupes, nosotros seguiríamos siendo amigos. Lo juro. Pero yo necesito que, si no sientes nada, me ayudes a cambiarle el significado a ese "te quiero" que estoy a punto de decirte...

*M€ =)

10 may 2012

  Y esto ... ¿se llama amor?

Un portal, las 6 de la mañana, no me mires o te beso, amanece, vámonos a casa, por el camino recibo un mensaje tuyo, confirmado, las ganas contenidas, interruptor en ON. Aguanta, aguanta, aguanta. Por fin llega, rozo tus labios, PUMBA. El mundo a 200 por hora, todo es tan raro, pero no quiero parar. A escondidas, besos furtivos, amaneceres juntos, sin que nadie más lo sepa. De 0 a 100, de repente el mundo giraba en tus manos. Esas manos, una y otra vez me llevaron al límite, a la locura, rozar el cielo con las yemas de los dedos. Tu boca, esos labios, besos, adicción. Intento número 1 de desengancharme. Fallido. Intento 2, 3, 4, 5...200. Resultados nulos. Adicta. Idas, venidas, tus días malos, yo aguanto. Terceras personas, nuevas ilusiones, comernoslas con patatas. Pero tú sigues ahí, yo sigo aquí, me consuelas, te consuelo. Me usas, te uso, quizás. Complicidad, sinceridad, conexión. Y más momentos que recordar, muchos más. Tardes juntos, noches entre las sábanas, más besos a escondidas. Te alejas, me duele, te espero, volverás, no me equivocaba, aquí estás de nuevo. Más idas, más venidas. Intento 466. Fallido. Celos, duele, sin derecho a reprocharte nada, pero joder, cómo duele. Me autoconvenzo, nos autoconvences, no me quieres, no te quiero. Sexo, sexo, sexo. Eso sí que es divertido. Entre las sábanas nos entendemos en 20 idiomas. Tengo que alejarme de ti, me voy, lejos, a otro país. Tranquilo, no eres el único motivo. Pero también necesito respirar otro aire que no sea el tuyo. Venga, que lo consigo. Mierda. Intento 854376, fallido. 2000 kilómetros, y a pesar de todo, aún siento en mi piel tus manos, en mi boca tus labios. Te echo de menos, quizás más de la cuenta. Primer mes, tranquila, se pasará. Mentira. Sexto mes y aquí sigo, echándote de menos. Te necesito, te necesito, te necesito. Probemos a buscarnos en otros labios, en otra gente, a dormir en otras camas. Mierda. Intento 952478957349, fallido. Te echo de menos, te necesito, quiero verte. Lo siento, no puedo evitarlo. Sueño con tus manos tocándome, y acabo tocándome yo. No consigo quitarme de la boca tu dulce sabor. Desde que tú no sonríes conmigo, te juro que sonrío menos, prometo que no exagero, lo noto. Tus ojos, la forma en que me mirabas, queriendo comerme, soy incapaz de olvidarlo. Tus lunares los tengo memorizados. Sabría recorrer con los ojos cerrados los rincones de tu cuerpo. Te necesito, a ti, a tus besos, a tus manos, tu cuerpo, tus ojos, tus sonrisas, aquí, conmigo. Y no puedo evitarlo. Lo siento. Quiero verte, tenerte, mirarte, tocarte, besarte, quitarte la ropa, llevarnos a la luna, encerrarme contigo 40 días seguidos en una habitación, no comer, no beber, alimentarme de las ganas que te tengo, hacerte sonreír, inventarme un mundo contigo, creer que me quieres, fingir que te quiero, quizás ni siquiera hay que fingir. Joder, y no sé en qué puto momento te convertiste en mi puto centro de gravedad, ni sé cómo ni por qué. Y no sé lo que quiero. Porque no podemos estar juntos, pero yo no paro de necesitarte. Porque sé que quizás para ti no sea igual, que quizás ya no me necesites, que te hayas desenganchado de mi. Joder, que no sé lo que pretendo escribiéndote un puto texto donde te digo que te necesito. Pero la realidad es que es así. Porque siento que nunca llegaré a tener con nadie la conexión que tengo contigo, que no me canso de besarte, que sé cuándo estás mal, que sé hacerte reír, que tú eres quien necesito en mis días malos, que te entiendo, que me cuidas, sé lo que piensas y lo que sientes, que si las almas gemelas existen, tú eres la mía. No sé por qué siento esto, ¿sabes? Te juro que no lo sé. No sé si no soy capaz de enamorarme de otra persona porque aún no me he desenganchado de ti, o porque aún no ha llegado una persona que supere los límites de compatibilidad que tenemos tú y yo, que no sé si te necesito tanto porque es un simple calentón, que quizás si estuvieramos juntos a los dos días me aburriría de ti, o tú de mi, que no lo sé. Lo único que sé, es que necesito comprobarlo. Que no puedo ni tampoco quiero sacarte de mi vida. Y ahora ponle el nombre que quieras, amor, calentón, adicción. Pero te necesito. Y este, este es solo otro puto texto que intenta explicarte algo que ni siquiera yo sé como describir.

*Moi !

6 may 2012

 Vomitando sentimientos ...


Tengo ganas de potar. Y no, no he bebido un solo sorbo de alcohol, ni siquiera he comido algo en mal estado, ni tengo indigestión. Solo tengo ganas de vomitar, echar los restos y quedarme agusto. Sentirme más ligera, que se vaya el maldito nudo en la garganta y el dolor en la barriga. Tengo ganas de soltarte en la cara de un tirón, de carrerilla y sin respirar, todo lo que siento por ti. Quiero decirte todo lo que me he callado todo este tiempo, quiero sacarlo fuera y que deje de doler. Quiero decirte que te quiero, mucho, muchísimo, más de lo que nunca quise a nadie. Que cuando tú estabas a mi lado, la vida era menos puta. Tenía sus cosas, sus altos y sus bajos, sus problemas y sus movidas. Pero al menos valía la pena levantarme cada día, aunque solo fuera para ver tu sonrisa. Aunque el mundo estuviera de color gris, tú conseguías pintármelo de colores. Y te bastaba tan poco para eso... Un gesto, una mirada, una caricia... Quiero decirte que desde que no los miro contigo, los amaneceres han dejado de tener sentido. El levantarme cada día de la cama ha dejado de tener sentido. Ahora tengo menos problemas, ¿sabes? Debería alegrarme. ¿Sabes cuál es el problema? Que ahora tengo solo uno pero es enorme. Mi problema es tu ausencia, mi problema es que te echo de menos, que no dejo de pensar en ti a cada segundo, que no hay un solo día en el que no piense en ti, al menos una vez. Quiero decirte que te necesito, que tú eras el motor que me daba vida, y que desde que no estás perdí el rumbo y la dirección. Ahora solo me dejo llevar, sin destino ni meta. Porque antes mi meta era tu sonrisa, y mi destino el filo de tu boca. Quiero decirte que echo de menos tus manos, tus dedos bajando por mi espalda, tus caricias jugando al escondite por mi cuerpo. Quiero que sepas que si cierro los ojos, puedo dibujar de memoria tus lunares, que me sé de memoria cada rincón de tu cuerpo, y que, a pesar de eso, siento que no me cansaría nunca jamás en la vida de perderme en ellos. Y me gustaría que supieras que recuerdo cada canción, cada momento, cada sonrisa, cada beso, cada caricia, que no he olvidado ni uno solo de ellos, porque soy incapaz. Porque las tardes a tu lado eran mi mejor pasatiempo, porque podría alimentarme solo con tus besos durante días, sin salir de la cama, porque adoro el sabor que tienen tus labios, y porque nuestras canciones aún son mi banda sonora favorita. Quiero que sepas que no me imagino el resto de mi vida sin ti, que desde que te conozco creo en el destino, y sé que el mio está a tu lado. Que quizás no sea ahora, y quizás tampoco mañana, pero que vivo con la esperanza de que la vida volverá a ponerte en mi camino tarde o temprano. Y quiero que sepas que esa vez no te dejaré marchar más, que no te perderé una segunda vez. Porque hacerlo la primera ha sido el error más grande que cometí hasta ahora. Quiero decirte que si existen las almas gemelas, tú eres la mía. 

*M€