-- PerDona S! Te LLamo
[[ @moR ]] --***Aprovechando qe acabo de terminar hoy el libro...
>> Qué tengo yo que ver con tu pasado...yo soy una variable enloquecida de tu vida !
>> El amor más hermoso es un cálculo equivocado, una excepción que confirma la regla, aquello para lo que siempre habías utilizado la palabra "nunca".
>> Un beso. Uno sólo no. Otro. Y otro más. Manos que se entrelazan, ojos que se buscan y encuentran espacios y panoramas nuevos. Esa vez. Momento único. Que desearías que no acabase. Que fuese el inicio de todo. Descubrirse vulnerables y frágiles, curiosos y dulces. Una explosión.
>> ...Y dice que no, que me equivoco, que somos felices juntos. Me coge por un brazo, me lo aprieta con fuerza. Porque cuando alguien a quien quieres se te va, intentas detenerlo con las manos, y esperas poder atrapar así también su corazón. Pero no es así. El corazón tiene piernas que no ves...
>> Yo amo el amor. La belleza del amor. La libertad del amor. Amo la idea de que nada es obligado, que el amor de los demás, su tiempo, su atención, son regalos que se deben merecer y no sólo pretender.
>> ...Pero se ha ido. Ha elegido marcharse. Y ahora podría estar incluso con otro. ¿Qué otra cosa puedo hacer sino seguir adelante? ¿Seguir amándola por lo que me dió y me dejó probar y que ahora ya no existe?
>> El amor. Y lo imprevisto. La chica de los jazmines. Niki. Esa falta absoluta de red de seguridad. Ese excitante caminar por el filo, colgado sobre el abismo. El rojo y el negro. Un salto donde el agua es más azul. Nada más. Pero, ¿de verdad hay agua allí abajo?
>> El amor es sentirse ligeros y libres, es saber que no pretendes apropiarte del corazón de otro, que no es tuyo, que no te pertenece por contrato, debes merecerlo cada día...
>> ...Y se van sin más, en el silencio de una noche hecha de espera, de miedo, de impotencia, de esperanza, de plegaria. De la certeza de un mañana, eso está claro, pero de un mañana que puede no ser para todos. ¿Cómo es la vida? Qué raro cuando no estamos distraídos, cuando no tenemos tanta prisa, cuando sabemos detenernos. Y sonreír. Y comprender. Y cerrar los ojos. Y notar incluso los segundos que corren por nosotros. Y saber vivirlos todos a fondo. Y saborearlos con una sonrisa, con preocupación, con esperanza, con deseo, con claridad, con cualquier duda. Pero saborearlos. Saborearlos a conciencia.
>> ...Y sentirse tan felices que ni siquiera tienen valor para desear nada más, para atreverse, de avergonzarse hasta de rezar, a no ser que sea para pedir no despertar de ese sueño. Llegar así, simples egoístas de felicidad, al hotel.
>> ¿Sabes Alex?, en todos estos meses, tú me has llenado de regalos, pero al final te has quedado con el más hermoso. Mi cuento de hadas.
>> Una parte de su corazón se ha apagado. Un vacío enorme se abre de repente en su interior. Y ecos lejanos de su voz, sus carcajadas, sus palabras alegres y momentos y pasiones y deseo y sueño. Plaf. Todo se ha desvanecido en un instante. Nada más. Sólo una frase : "No tengo un motivo válido para seguir contigo". Pumba. Un pato al amanecer y un disparo de fusil. Un cristal esmerilado y una pedrada de repente. Un niño en bicicleta que cae con las manos por delante y se las lastima. Dolor. Eso es. Por su culpa. Por querer estar al lado del contable de los sentimientos, el contable del amor, el hábil comerciante que logra hacerte ahorrar una sonrisa. Qué tristeza.
>> Mal de amores. Y no se cura fácilmente. No existen medicinas. Ni remedios. No se sabe cuándo pasará. Ni siquiera se sabe cuánto duele. Sólo el tiempo lo cura. Mucho tiempo. Porque cuanto mayor ha sido la grandeza de un amor, tanto más largo resullta el sufrimiento cuando éste se acaba. Es como en las matemáticas: se trata de magnitudes directamente proporcionales. Matemática sentimental.
>> Y se van, riéndose a carcajadas, Olas rebeldes, jóvenes Robin Hood de los sentimientos, Don Quijote con minifalda que por primera vez, aunque haya sido con una pistola de agua, han hecho reflexioar a ese estúpido molino de viento.
>> Ya no está. No está aquel motor, el verdadero, el que hace que todo avance hacia delante, el que te hace ver las gilipolleces de la gente, la estupidez, la maldad, y tantas otras cosas y muchas más pero en su justa medida. Ese motor que te da fuerza, rabia, determinación. Ese motor que te da un motivo para volver a casa, para buscar otro gran éxito, para trabajar, cansarte, esforzarte, para alcanzar la meta final. Ese motor que, después, decide hacerte descansar justo entre sus brazos. Fácil. Mágico. Perfecto. Ese motor amor.
>> El amor no es y no puede ser simple afecto. No se trata de costumbre o amabilidad. El amor es locura, es el corazón que late a dos mil por hora, la luz que surge de noche en pleno atardecer, las ganas de depertarse por la mañana sólo para mirarse a los ojos...
>> El amor más hermoso es un cálculo equivocado, una excepción que confirma la regla, aquello para lo que siempre habías utilizado la palabra "nunca".
>> Un beso. Uno sólo no. Otro. Y otro más. Manos que se entrelazan, ojos que se buscan y encuentran espacios y panoramas nuevos. Esa vez. Momento único. Que desearías que no acabase. Que fuese el inicio de todo. Descubrirse vulnerables y frágiles, curiosos y dulces. Una explosión.
>> ...Y dice que no, que me equivoco, que somos felices juntos. Me coge por un brazo, me lo aprieta con fuerza. Porque cuando alguien a quien quieres se te va, intentas detenerlo con las manos, y esperas poder atrapar así también su corazón. Pero no es así. El corazón tiene piernas que no ves...
>> Yo amo el amor. La belleza del amor. La libertad del amor. Amo la idea de que nada es obligado, que el amor de los demás, su tiempo, su atención, son regalos que se deben merecer y no sólo pretender.
>> ...Pero se ha ido. Ha elegido marcharse. Y ahora podría estar incluso con otro. ¿Qué otra cosa puedo hacer sino seguir adelante? ¿Seguir amándola por lo que me dió y me dejó probar y que ahora ya no existe?
>> El amor. Y lo imprevisto. La chica de los jazmines. Niki. Esa falta absoluta de red de seguridad. Ese excitante caminar por el filo, colgado sobre el abismo. El rojo y el negro. Un salto donde el agua es más azul. Nada más. Pero, ¿de verdad hay agua allí abajo?
>> El amor es sentirse ligeros y libres, es saber que no pretendes apropiarte del corazón de otro, que no es tuyo, que no te pertenece por contrato, debes merecerlo cada día...
>> ...Y se van sin más, en el silencio de una noche hecha de espera, de miedo, de impotencia, de esperanza, de plegaria. De la certeza de un mañana, eso está claro, pero de un mañana que puede no ser para todos. ¿Cómo es la vida? Qué raro cuando no estamos distraídos, cuando no tenemos tanta prisa, cuando sabemos detenernos. Y sonreír. Y comprender. Y cerrar los ojos. Y notar incluso los segundos que corren por nosotros. Y saber vivirlos todos a fondo. Y saborearlos con una sonrisa, con preocupación, con esperanza, con deseo, con claridad, con cualquier duda. Pero saborearlos. Saborearlos a conciencia.
>> ...Y sentirse tan felices que ni siquiera tienen valor para desear nada más, para atreverse, de avergonzarse hasta de rezar, a no ser que sea para pedir no despertar de ese sueño. Llegar así, simples egoístas de felicidad, al hotel.
>> ¿Sabes Alex?, en todos estos meses, tú me has llenado de regalos, pero al final te has quedado con el más hermoso. Mi cuento de hadas.
>> Una parte de su corazón se ha apagado. Un vacío enorme se abre de repente en su interior. Y ecos lejanos de su voz, sus carcajadas, sus palabras alegres y momentos y pasiones y deseo y sueño. Plaf. Todo se ha desvanecido en un instante. Nada más. Sólo una frase : "No tengo un motivo válido para seguir contigo". Pumba. Un pato al amanecer y un disparo de fusil. Un cristal esmerilado y una pedrada de repente. Un niño en bicicleta que cae con las manos por delante y se las lastima. Dolor. Eso es. Por su culpa. Por querer estar al lado del contable de los sentimientos, el contable del amor, el hábil comerciante que logra hacerte ahorrar una sonrisa. Qué tristeza.
>> Mal de amores. Y no se cura fácilmente. No existen medicinas. Ni remedios. No se sabe cuándo pasará. Ni siquiera se sabe cuánto duele. Sólo el tiempo lo cura. Mucho tiempo. Porque cuanto mayor ha sido la grandeza de un amor, tanto más largo resullta el sufrimiento cuando éste se acaba. Es como en las matemáticas: se trata de magnitudes directamente proporcionales. Matemática sentimental.
>> Y se van, riéndose a carcajadas, Olas rebeldes, jóvenes Robin Hood de los sentimientos, Don Quijote con minifalda que por primera vez, aunque haya sido con una pistola de agua, han hecho reflexioar a ese estúpido molino de viento.
>> Ya no está. No está aquel motor, el verdadero, el que hace que todo avance hacia delante, el que te hace ver las gilipolleces de la gente, la estupidez, la maldad, y tantas otras cosas y muchas más pero en su justa medida. Ese motor que te da fuerza, rabia, determinación. Ese motor que te da un motivo para volver a casa, para buscar otro gran éxito, para trabajar, cansarte, esforzarte, para alcanzar la meta final. Ese motor que, después, decide hacerte descansar justo entre sus brazos. Fácil. Mágico. Perfecto. Ese motor amor.
>> El amor no es y no puede ser simple afecto. No se trata de costumbre o amabilidad. El amor es locura, es el corazón que late a dos mil por hora, la luz que surge de noche en pleno atardecer, las ganas de depertarse por la mañana sólo para mirarse a los ojos...
>> Tener en los zapatos las ganas de marchar. Tener en los ojos el deseo de mirar. Y quedarse...prisioneros de un mundo que sólo nos deja soñar, sólo soñar...
>>Buenos días, mundo. Niki se despereza. ¿Me haces un regalo hoy ? Me gustaría levantarme de la cama y encontrarme una rosa. Roja no. Blanca. Pura. Para escribir en ella como si fuese una página nueva. Una rosa dejada por alguien que piensa en mí y a quien todavía no conozco. Lo sé. Un contrasentido. Pero me haría sonreír. La cogería y me la llevaría al instituto. La dejaría apoyada en el pupitre, sin más, sin decir nada.
(...)
Y yo, todavía sin decir nada, la dejaría allí toda la mañana. Después, a última hora, arrancaría uno a uno los pétalos y, con un rotulador azul, escribiría letra a letra, una sola en cada pétalo, la frase de aquella canción tan bonita: "Entre los obstáculos del corazón hay un principio de alegría que me gustartía merecer...", y después tiraría los pétalos por la ventana. El viento se los llevaría. Podía ser que alguien los encontrase. Que volviese a ponerlas en orden. Que leyese la frase. Y que me viniese a buscar. Él quizás. Pero ¿quién es él?
>> Acerca su rostro al de él y lo mira ingenua, con sus grandes ojos, lánguida, y después maliciosa, y de nuevo pequeña, y luego mayor, y luego, ufff... Pero hermosa de todos modos. Y deseable. Y uan voz suave y cálida y excitante.
>> (...)
-Además, está bien claro lo que tú deseas. Las cosas que quieres. Se ven, se leen, y aunque no las hubiese comprendido, al final me las ha sugerido tu corazón.
- ¿Y qué te ha dicho? A veces miente...
Niki se echa a reír y se esconde detrás de un jazmín. Pequeño. Demasiado pequeño para una sonrisa tan espléndida.
-Conmigo ha sido sincero. - Niki mordisquea otro jazmín. Chupa el néctar- Oye, sabe riquísimo. ¿Me das un beso?
- Pero, Niki, yo...
-Chissst... ¿Hay algo más simple que un beso?
-Pero, tú y yo... es complicado.- Niki se le acerca. Apoya su mano sobre el corazón de Alessandro. Después la oreja. Y se pone a escuchar. Y aquel corazón emocionado late con fuerza. Y Niki sonríe- Puedo oírlo.- Y se aparta de su pecho.
Lo mira a los ojos y sonríe en la penumbra de la terraza.
-Dice que no...
-¿Que no a qué?
-A que entre tú y yo las cosas no son complicadas. Son simples.
-Ah, ¿sí?
-Sí. Y luego le he preguntado: "¿Qué hago, lo beso?"
-¿Y qué te ha dicho?
-Me ha dicho que tú no lo pones fácil, pero que también eso es simple...
Y Alessandro se rinde. Y Niki se le acerca lentamente. Y lo besa. Dulce. Amable. Tierna. Suave. Ligera. Como un jazmín. Como Niki.
>> ...Y poco después se hallan en mar abierto. Bajo la luna, entre hojas delicadas de jazmines abiertos, que juegan ahora con otra flor. Noche. Dibujar con una caricia los confines de lo que se siente. O intentarlo al menos. Y perderse entre su largo cabello ligeramente húmedo todavía. Y andar a tientas casi en aquel deseo sofocado, tímido, embarazoso, en aquel sentirse desnudar, descubrir que se tiene miedo a atreverse. Pero tener ganas. Tantas. Y seguir adelante así, dejándose llevar por la corriente de placer. No me lo creo, esa compilación de música es buenísima. Y seguir así, con esas notas que acompañan con dulzura el latido de sus corazones. Y luego otro tema clásico y otro y otro más... Y hallarse de repente en medio de una tormenta... "I was her she was me, we were one we were free..." ,rodeados por altas olas... "and if there´s somebody calling me on, she´s the one..." y un viento de pasión... "we were fine all along..."
>> -Pero, ¿qué dices, Niki? Nosotros no nos conocemos en absoluto.
-Perdona, te lo he dicho, he hablado con tu corazón, y resulta que.. Tú eres el hombre de mi vida.
>> Oscuridad. Suspiros repentinos. Manos que se cruzan, divertidas, ligeras. Desabotonan, buscan, encuentran. Una caricia,un beso. Y otro beso y una camisa que resbala. Un cinturón que se abre. Una cremallera que baja lentamente. Un salto. En la oscuridad pintada de oscuridad. Feliz de estar allí...Oscuridad hecha de deseo, de ganas, de ligera transgresión. La más hermosa, la más suave, la más deseable. Coches que pasan veloces por la carretera. Faros que iluminan como un rayo y desaparecen. Ráfagas de luz que dibujan bocas abiertas, deseos suspendidos, sufridos, alcanzados, cumplidos, ojos cerrados, luego abiertos. Y más y más. Como entre las nubes. Cabellos alborotados y asientos incómodos. Manos que proporcionan placer. Bocas en busca de un mordisco y autos que continúan pasando, tan veloces que nadie tiene tiempo de reparar en aquel amor que sigue el ritmo de una música al azar, procedente de la radio. Y dos corazones acelerados que no frenan, que están apunto de chocar dulcemente.
>> En el silencio de la casa, Alessandro busca divertido a Niki. Seguramente se ha escondido. Abre una habitación. Y un baño. Mira detrás de un sofá, en el dormitorio, debajo de la mesa. Pero un armario grande que ha quedado medio abiertio la delata.
(...)
Y Niki se ríe, cubriéndose la boca con ambas manos. Asustada, excitada, sorprendida, incrédula acerca del hecho de haber sido descubierta. Y en un momento se deja besar, desnudar, con hambre, con rabia, con deseo, entre ropas que se caen de las perchas, conjuntos ligeros de color liso que la acarician como hojas lentas que una vez en el suelo forman un único y gran manto variado. Gris, gris claro, gris oscuro, azul cobalto, y también color azúcar de caña, en un momento tan dulce. Y resbalan casi entre toda esa ropa. Y Niki tira al suelo más. Camisas, y chaquetas, y pantalones; una confusión excitante. Alessandro la atrae hacia sí, rueda con ella, siente sus piernas, la toca, la aprieta y se arroja a su cuello, y lo besa, y más besos y pequeños mordiscos y piernas que no se acaban nunca. Y sabores, y olores, y suspiros, y humores, y huidas, y retornos... Y un mar tempestuoso.
-No, no, por favor. Por favor no...- y luego una sonrisa-. Sí, sí, por favor. Por favor sí...
Y su boca y sus dedos y más. Y perderse en cada uno de sus recovecos, sin límites, sin pudor, mirando, espiando, resistiendo... Abandonándose, después de la marejada. Acabados, relajados, abatidos, suaves, amados, consumados entre las sábanas, un poco más allá.
>> Lo besa con esa boca que sabe todavía a amor, como una niña pequeña y caprichosa que busca un beso y sabe que lo encontrará. Alessandro le toma la cara entre las manos y la mira a los ojos. Y mil palabras recorren esa mirada. Silenciosas, alegres, románticas, enamoradas. Palabras ocultas, palabras que se persiguen, palabras que empujan para salir como un río subterráneo, como el eco lejano de un valle apenas descubierto, como el escalador que ha llegado con fatiga hasta la cima de una montaña y desde allí, él solo, le grita al viento, a las nubes que lo rodean, toda su felicidad.
Niki baja los ojos, luego lo vuelve a mirar.
-¿En qué estás pensando?
Alessandro le sonríe.
-En nada. Perdona, pero estoy en mar abierto. Tú eres mi faro. No te apagues.

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