[ eL conTroL de mi viDa ]
A veces me gustaría tener un mando a distancia. Uno especial, con muchos canales, tantos como caminos en la vida se pueden tomar, y poderlos cambiar con facilidad cada vez que algo va mal. También tendría un botón para bajar el volumen, y así escuchar el rugido de los estómagos de los niños con hambre, el sonido de las balas atravesando los costados de los soldados, los gritos de dolor de las madres que pierden a sus hijos... Pero no sólo me serviría para bajar el volumen, también lo pondría al máximo en las mejores ocasiones, para escuchar la música alta de la gente que va de fiesta, las carcajadas de los amigos riéndose, el sonido de los abrazos en los reencuentros, y el de la boca al formar una sonrisa, pronunciar los te quiero y los para siempre. Rebobinaría una y otra vez los momentos inolvidables, y los haría eternos. En favoritos pondría a la gente de buen corazón, sincera y dispuesta a darlo todo. Con el botón de apagar, desconectaría de este mundo que no para de dar vueltas y dejaría el standby para las situaciones difíciles en las que en ocasiones me toca estar y no quiero. Pondría unas pilas, que me harían funcionar cada mañana, cada tarde y cada noche. Cuando hiciese bueno y cuando hiciese malo, incluso cuando hubiera interferencias. Unas pilas inagotables, con más o con menos carga, pero siempre presentes, como tú.
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